Uso del color: herramienta clave para diseñar ambientes

A la hora de pensar nuestros proyectos de una manera integral, con el foco puesto
en cada uno de los detalles, los colores resultan una herramienta fundamental; no
solo porque generan diferentes sensaciones y estados de ánimo, sino porque
además, nos ayudan a resolver cuestiones vinculadas a los tamaños de los
espacios.
Teniendo en cuenta los objetivos que queremos lograr, usamos diferentes técnicas y
tonos:
● Cuando queremos hacer que los espacios se vean más amplios, elegimos
colores claros que reflejan la luz natural y hacen que las superficies parezcan
más grandes ante los ojos del observador.

● Para generar que una habitación parezca más compacta y más acogedora,
optamos por colores más fuertes para las paredes. Estos darán una
sensación «envolvente» que puede ser beneficiosa para ciertas funciones.

● Si la idea es lograr una sensación de intimidad y refugio, bajar el techo es la
mejor opción. Para eso, elegimos pintarlo de un color más oscuro que las
paredes, o dejar expuesta la textura del material.

● Si al contrario, el techo proporciona una sensación de claustrofobia, pintamos
las paredes en un color más oscuro y dejamos el techo blanco para que
parezca más alto de lo que realmente es.

● Si el objetivo es hacer que un espacio parezca más estrecho, optamos por
pintar las dos paredes laterales opuestas en colores oscuros y dejar el fondo
y el techo en colores claros.


● Finalmente, si hablamos de acortar espacios, aplicamos un color o
revestimiento más oscuro en la parte inferior de la pared.


Junto con esta información y pensando en crear ambientes agradables que influyan
de manera positiva en el estado de ánimo y bienestar de sus ocupantes, elegimos
colores de última tendencia para cada espacio. Por ejemplo, cuando pensamos en
una casa, para la cocina se usa combinar tonos cenizas con pasteles. En el sector
social del living y sala de estar, reina el amarillo en paredes con muebles de colores
fuertes, como el verde esmeralda y el azul océano. En cambio, en pasillos y salas
de lectura, sumar algún tono de verde en las paredes y en detalles decorativos, con
impronta salvaje y selvático, es lo que marca la tendencia de interiores. Por último,
el blanco sigue presente y permite sumar a mesas, sillones y ropa de cama colores
más osados pertenecientes a la familia de los rojos.
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